“EL FUNDAMENTO DE LA MÚSICA.” PARTE 22.
MÚSICA AUTOOGANIZADA.
Recibo con agrado que la música se libere de la cárcel de la melodía, de la estructura rígida y de la armonía. ¿Por qué no? Pero también escucho música que sigue esas pautas. Escuchar la Armonía de las estrellas puede sonar glorioso, pero anhelo alguna canción concisa de vez en cuando, una narración o una instantánea, más que todo un universo. Puedo disfrutar de una película o leer un libro en que no ocurra gran cosa, pero también soy profundamente conservador; cuando una canción se impone en el genero pop, la escucho con ciertas expectativas. Me aburro más fácilmente con una canción pop que no siga sus propias reglas que con una canción contemporánea repetitiva y estática. Me gusta un buen relato y me gusta también quedarme mirando el mar; ¿acaso tengo que elegir entre una cosa y otra cosa?
¡Tarta de Queso!
Como parte de mi gira promocional el año pasado —agrega David— en Boston hablé con el científico cognitiva Steven Pinker, el hombre que se había referido a la música como «tarta de queso auditiva». Veamos si puedo parafrasear lo que él quería decir: Pinker sugiere que la tarta de queso es apetecible debido a la propensión humana a apreciar los sabores dulces y grasos, que en un momento anterior en nuestra evolución eran buenos para nosotros, estaban muy buscados y eran difíciles de conseguir. La música, sugiere él, resulta atractiva para los humanos porque varias adaptaciones se han combinado para que nuestro cerebro sea receptivo a sus cualidades, a lo que nuestra evolución nos ha
llevado a apreciar o disfrutar de por sí, ya que no está claro que un gusto especifico por ella consiguiera que a nuestros antepasados los sobrevivieran más hijos (no más de lo que un gusto especifico por la tarta de queso habría podido conseguir). Es la version evolutiva de las enjutas, un concepto propuesto por Gould y Lewontin que he mencionado antes en este capitulo —asegura David— y que ilustraremos en la siguiente parte.
Pinker se refiere a las partes en general como maquinas para refinar e intensificar estímulos en nuestro cerebro. La música sintetiza estímulos diferentes y largamente evolucionados, pero no es algo, sugiere él, a lo que nuestra evolución nos ha llevado a apreciar o disfrutar de por sí. Igual que con la tarta de queso, reflexionaba Pinker en un correo electrónico que me mandó mientras planeábamos nuestra conversación: «Me pregunto si la música puede ser innata, no compongan mental autónomo, sino mas bien como consecuencia de la forma en que el lenguaje, el ritmo, la emoción, y el análisis acústico están contenidos en el cerebro».
¿Qué son esas adaptaciones y estímulos agradables a los que Pinker cree que la música se ha enganchado? .
Continuará …
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Biografia.
Nacido: Steven Arthur Pinker. 18 de septiembre de 1954 (63 años)
Montreal, Quebec, Canadá
Nacionalidad canadiense / estadounidense
Trabajo notable
The Language Instinct (1994)
Cómo funciona la mente (1997)
The Blank Slate (2002)
Los mejores ángeles de nuestra naturaleza (2011)
Esposas: Nancy Etcoff (m. 1980; div. 1992)
Ilavenil Subbiah (m. 1995; div. 2006)
Rebecca Goldstein (m. 2007).
Alma mater
Dawson College
Universidad McGill
Universidad Harvard
Premios Troland Award (1993, Academia Nacional de Ciencias).
Premio Henry Dale (2004, Royal Institution),
Premio de libro Walter P. Kistler (2005),
Premio Humanista del Año (2006, emitido por la AHA),
Premio George Miller (2010, Sociedad de Neurociencia Cognitiva), Premio Richard Dawkins (2013)
Carrera científica: Campos Psicología evolutiva, psicología experimental, ciencia cognitiva, psicolingüística, cognición visual
Tesis La representación del espacio tridimensional en imágenes mentales (1979)
Consejero de doctorado; Stephen Kosslyn
Influencias: Noam Chomsky, Thomas Sowell, Leda Cosmides, John Tooby, Richard Dawkins, Thomas Schelling .
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