Amor o Costumbre

Publicado 13 Oct 2011, 12:00 pm

Existen muchas personas que no tienen el privilegio de mantener una relación estable por años, y en estos tiempos los divorcios están a la orden del día. Los noviazgos son cada vez menos duraderos, tal vez debido a la evolución que se ha dado, las mujeres de hoy son cada vez más independientes y menos tolerantes, claro que este cambio también es compartido por los hombres.

Las parejas hoy en día son menos indulgentes y existe una inclinación muy grande al desapego, pues al tener problemas ya sea de comunicación, económicos, de educación, etc., son cada vez más las parejas que optan por una separación, en vez de hacer un compromiso mutuo en la búsqueda de una solución.

Son escasos los noviazgos que superan los 3 o 4 años y son aún menos los matrimonios actuales que sobrepasan la expectativa de los 5 años de duración. Pero que pasa en algunos casos especiales cuando se ha compartido tanto tiempo juntos? ¿Lo que los mantiene juntos es amor o costumbre?

La verdad es que somos seres de hábitos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y estamos rodeados de un sinfín de costumbres, por lo que es algo que puede suceder con bastante facilidad.

Se puede estar con una persona por amor, por placer, por dolor, e incluso por costumbre. Pero no por ello habría que pensar que el amor se acaba si se convierte en costumbre. Es en el fondo una mezcla de ambas cosas. Cuando se ama, hay un proceso de adaptación a la otra persona, y más aún a la convivencia en pareja, lo que viene dado por costumbres y genera otras nuevas, para que sea posible.

La costumbre es también la que motiva el inicio de las relaciones de este tipo. Si hablamos de amor, ya que no deja de ser en parte un producto cultural, incluyendo incluso la búsqueda del amor, o la idea que tienen las personas acerca de qué significa éste.

En cambio, el amor será diferente para cada individuo: su percepción de la realidad, su historia vital, la interpretación que dé a las relaciones, etc., le aportarán su especial significado sobre el amor. Además, según evoluciona la persona, cambia y madura, lo hará también su idea del amor.

No es lo mismo el amor que pueden sentir dos adolescentes, que el de dos adultos, o dos ancianos, por ejemplo. Como también cambia y evoluciona el amor de la pareja cuando van a ser padres, o en otras etapas de la relación.
Pero las costumbres son más difíciles de cambiar. Tienden a ser más rígidas y persisten casi sin variaciones en el tiempo, estando presentes en diferentes etapas de la vida del individuo.

Puede suceder que las costumbres se conviertan en aburrimiento, y entonces aparezcan problemas y conflictos en la pareja derivados de la rutina.  Quizá en ocasiones parezca más cómodo y fácil mantenerse en las costumbres para no afrontar los problemas. Es cierto que cuando se instaura un hábito en la persona, ésta lo automatiza y lo puede realizar casi inconscientemente. Es entonces cuando tales acciones son más difíciles de cambiar y se requiere mayor esfuerzo para ello.

Pero es cierto que no siempre se conocen ni se dispone de los recursos necesarios para afrontar determinados problemas y situaciones que generan malestar. Por lo que se hace necesario quedarse en lo que “es habitual”, hasta encontrar el camino que requiere el cambio.

Son muchas las parejas que, por diversos motivos, terminan preguntándose si lo que les lleva a continuar juntos es amor o costumbre?

Algunos incluso se sienten derrotados por los intentos, sin éxito, de superar las diferencias entre ambos y, aún así, manifiestan no querer dejar a la pareja que un día amaron, simplemente por costumbre o hábito. Entonces, ¿es la costumbre más fuerte que el amor?
 
 

Amor o monotonía

Cuando hemos estado unidos a otra persona por tanto tiempo, también corremos el riesgo de dejar la puerta abierta a la monotonía y el aburrimiento. Con el paso del tiempo y la convivencia constante podemos perder la magia inicial que sentíamos por nuestra pareja, la capacidad de asombro hacia la otra persona puede verse mermada por el trato diario.

El paso del tiempo puede ser un arma de doble filo, ya que puede afianzar enormemente la relación y la cotidianeidad puede crear el sentimiento de seguridad constante en el cual la pareja encuentra refugio de los peligros exteriores y el estrés de la vida laboral.

Pero en otros casos cuando algún integrante de la pareja necesita más estimulación que el otro puede crearse un desequilibrio en el cual no comparten el mismo sentimiento de estabilidad y seguridad, por el contrario la otra persona siente que existe un desinterés, una falta de emoción en donde lo único palpable es la inseguridad y la idea de que la relación esta llegando a su fin.

En estos casos se hace necesario potenciar determinadas áreas en la relación para fortalecer el amor:

  • Comunicación entre ambos. Darnos tiempo para hablar con la pareja.
  • Realizar juntos actividades gratificantes para ambos, intercambiar con frecuencia elogios u otros reforzadores positivos.
  • Procurar mantener un equilibrio entre lo que se da y se recibe en la relación.
  • Cómo podemos diferenciar entre AMOR y COSTUMBRE, cuando podemos decir que el sentimiento que nos une a aquélla persona con la que hemos compartido tantos años es real o simplemente lo hemos dejado apagar.

 

¿La vida sin nuestra pareja?

En primera instancia debemos preguntarnos, ¿Vemos nuestra vida sin aquella otra persona? Pues si la respuesta es NO aún existe algo que rescatar, sólo que debemos sacudirnos el polvo de la rutina, todo en esta vida necesita renovarse y el amor no se escapa, debemos actualizar nuestra relación cada vez que podamos para no perder el asombro que nos causa la persona amada.

En segundo término debemos respondernos a una importante pregunta, ¿Qué amo o amaba de mi pareja? Pues al respondernos podremos saber que explotar, al saber cuales son los puntos fuertes de nuestro sentimiento podremos usarlos para afianzar la unión con la otra persona. Por ejemplo, “Yo amo o amaba la comunicación que existía entre nosotros.” Cuando identificamos que este punto se ha perdido podemos tomar acciones para recuperarlo, darnos tiempo para hablar más con nuestra pareja, darse el espacio y en vez de irnos directamente a dormir después de cenar, acostarnos a charlar unos minutos.

Como tercer punto debemos pensar en una actividad que podamos llevar a cabo junto a nuestra pareja, algo que tal vez siempre hayamos querido hacer y por esto o por aquello nunca llevamos a cabo. Tal vez tu o él/ella siempre quisieron tomar clases de salsa, o un curso de cerámica, de pintura o lo que sea, pero que pueda ser compartido y novedoso, pues al enfrentarse juntos a nuevas situaciones que nos reten como parejas nos hace poner en práctica nuevas mecánicas de comunicación e interacción.

Con estos tres puntos podemos iniciar la renovación completa de nuestra relación y sobre todo podremos crear nuestras propias herramientas para salir de la rutina y no dejar que el día a día apague nuestro amor por esa persona tan especial y en vez de acostumbrarnos a nuestra pareja no dejemos de sorprendernos y sorprenderla año tras año.

Muchas veces nos cegamos por querer aferrarnos a alguien y pensamos que a la fuerza de seguro sí funcionará, pero esto no es así. Por ello, aquí te hago algunas preguntas sencillas para que las contestes tú solo/a y puedas darte una idea de si lo que tienes con tu pareja es amor o costumbre.

Recuerda que el hacer trampa, es mentirte a ti mismo/a, así que ¡más vale que te digas la verdad!

1. Haz un recuento de los últimos meses con tu pareja. ¿Han hecho algo divertido juntos?
2. Haz una lista todas sus virtudes. ¿Quedo completa?
3. Escribe ahora todos sus defectos. ¿Crees que superen a sus virtudes?
4. ¿Se han dicho “te quiero” en los últimos días?
5. ¿Lo ó la extrañas cuando pasas algún tiempo sin verlo/a?
6. ¿Lo ó la recuerdas durante el día?
7. Cuándo te pasa algo emocionante, ¿quieres contárselo a él o a ella antes que a nadie?
8. ¿Piensas que tu vida no sería la misma sin él o ella?
9. ¿Todavía sientes “maripositas” cuando están en la intimidad?
10. ¿Hablas de él o ella cuando no está?
11. En tus planes a futuro ¿está él o ella?
12. ¿Puedes platicar abiertamente de todo con él o ella?
13. Es tu pareja, lo sabemos, pero ¿también es tu amigo/a?

Si contestas a la mayoría de las preguntas afirmativamente, tu relación marcha bien, puedes estar seguro/a de que ¡realmente es amor! Pero si el mayor número de tus respuestas fue negativa, esto puede ser una señal de alarma. Si todavía te interesa, en lugar de abandonar el barco, mejor comienza a sacar el agua del mismo para que no se acabe de hundir.

Aparte de tener una comunicación basada siempre en la verdad y un diálogo fluido y respetuoso, es aconsejable cultivar la asertividad, lo que significa mantener los propios derechos a la vez que se respetan los del otro, habilidad necesaria para vivir en pareja, porque asegura el equilibrio que se da y se recibe.

Cuando entre un hombre y una mujer se establece una relación de poder mal equilibrada, se termina el amor y aparece entonces la costumbre aunada a sentimientos de rabia, injusticia y humillación.

Para que la pareja funcione, no basta con querer que así sea, ya que también hay que defender los propios derechos y poner límites. Así que ¡cuidado!

El matrimonio debe combatir sin tregua un monstruo que todo lo devora: la costumbre. Honoré De Balzac

 

Amor o Costumbre?