“EL EXISTENCIALISMO DE KIERKEGAARD.”
Kierkegaard en nuestra mayor fuente de infelicidad, esperanza, memorial y cómo nuestra compulsión crónica a huir de nuestras propias vidas nos roba el vivir.
“Como pasamos nuestros días es, por supuesto, cómo pasamos nuestras vidas”, escribió Annie Dillard memorablemente al reflexionar sobre por qué la presencia importa más que la productividad. “Sobre cómo uno se orienta al momento depende del fracaso o fecundidad de él”, afirmó Henry Miller en su hermosa meditación sobre el arte de vivir. Y sin embargo, pasamos nuestras vidas huyendo del momento presente, ocupándonos constantemente en planificar el futuro o retroceder con ansiedad por su impermanencia, invadiéndonos invariablemente de la vitalidad de la vida.
El influyente pensador danés Søren Kierkegaard (5 de mayo de 1813 – 11 de noviembre de 1855), considerado el primer verdadero filósofo existencialista, explora precisamente eso – cómo nuestro constante escape de nuestras propias vidas es nuestra mayor fuente de infelicidad.
Kierkegaard, que sólo tenía treinta años, comienza con una observación más actual hoy, en medio de nuestra cultura del estar ocupado como una insignia de honor:
De todas las cosas ridículas lo más ridículo me parece que es; el estar ocupado —ser un hombre que está apresurado con su comida y su trabajo.
(Vale la pena recordar, aquí, que “ocupado es una decisión” —uno que constantemente hace, y a menudo a nuestro propio detrimento.)
En un último capítulo, titulado “El hombre más infeliz”, vuelve al tema ya a su dimensión más profunda:
El infeliz es aquel que tiene su ideal, el contenido de su vida, la plenitud de su conciencia, la esencia de su ser, de alguna manera fuera de sí mismo. El infeliz está siempre ausente de sí mismo, nunca presente para sí mismo. Pero uno puede estar ausente, obviamente, ya sea en el pasado o en el futuro. Esto circunscribe adecuadamente todo el territorio de la conciencia infeliz.
Considera cómo la propia arquitectura de nuestro lenguaje perpetúa nuestra propensión a la ausencia:
El infeliz está ausente. Pero uno está ausente cuando vive en el pasado o vive en el futuro. La forma de expresión es importante, pues es evidente, como nos enseña también la filología, que hay un tiempo que expresa presente en el pasado, y un tiempo que expresa la presencia en el futuro; Pero la misma ciencia nos enseña también que hay un tiempo más perfecto en el que no hay presente, así como un futuro perfecto con las mismas características. Estos son los individuos que esperan y recuerdan. En la medida en que sólo esperan o sólo recuerdan, en cierto sentido son individuos infelices, no es sino la persona que está presente a sí mismo que es feliz. Sin embargo, no se puede llamar estrictamente a un individuo infeliz que está presente en la esperanza o en la memoria. Porque lo que hay que señalar aquí es que todavía está presente en uno de ellos. De la cual también vemos que un solo golpe, aunque sea siempre tan pesado, no puede hacer a una persona el infeliz. Porque un solo golpe puede privarlo de esperanza, dejándolo presente en la memoria o en la memoria, dejándolo presente en la esperanza.
Continuará …
Piensa, Comparte y Opina -Share Please.